La gran galaxia de Andrómeda está en rumbo de colisión contra la Vía Láctea, donde se encuentra el Sol, según observaciones realizadas durante los últimos cinco años con el telescopio espacial Hubble.
Del choque nacerá una nueva galaxia, que sumará las masas de la Vía
Láctea y de Andrómeda. La gran mayoría de estrellas sobrevivirán al
impacto, pero quedarán en órbitas distintas respecto al centro de la
galaxia. El Sol, según las simulaciones realizadas a partir de las
observaciones del Hubble, saldrá despedido de la plácida región de la
Vía Láctea donde se encuentra ahora y quedará en la periferia de la
nueva galaxia, según han anunciado los autores de la investigación en
una rueda de prensa organizada por la NASA.
Aunque Andrómeda y la Vía Láctea se están acercando a unos 400.000
kilómetros por hora, están aún tan lejos que el choque de galaxias
tardará 4.000 millones de años en producirse. En ese momento, el Sol aún
estará fundiendo hidrógeno en su núcleo y tendrá previsiblemente los
mismos planetas que ahora a su alrededor, pero emitirá más calor que
ahora y ya no quedará rastro de vida en la Tierra.
Tras el primer impacto, aún pasarán unos 2.000 millones de años antes
de que se complete la fusión entre las dos galaxias. De esa fusión
nacerá una nueva galaxia gigante con un único agujero negro supermasivo
en su centro que gobernará la gravedad de las estrellas que orbiten a su
alrededor.
“Después de casi un siglo de especulación sobre el destino futuro de
Andrómeda y de nuestra Vía Láctea, por fin tenemos una imagen clara de
cómo se desarrollarán los acontecimientos durante los próximos miles de
millones de años”, declara el investigador Sangmo Tony Sohn en un
comunicado difundido ayer conjuntamente por el Instituto Científico del
Telescopio Espacial Hubble y por la NASA.
Observaciones anteriores habían establecido que Andrómeda y la Vía
Láctea se están aproximando atraídas por sus propias gravedades. Pero no
se había podido calcular hasta ahora si pasarían una junto a otra a
poca distancia, como dos astros que orbitan alrededor de un centro de
gravedad común; si se rozarían por su periferia pero sobrevivirían al
encuentro; o si chocarían de lleno, centro contra centro, y alumbrarían
una nueva galaxia.
Según los resultados de la investigación que se presentarán en la revista The Astrophysical Journal, el final será de impacto. Las simulaciones realizadas a partir de las observaciones del Hubble indican que la pequeña Galaxia del Triángulo M33 que en estos momentos es satélite de Andrómeda, podría sumarse a la colisión.
Con o sin M33, “nuestros datos son estadísticamente consistentes con
una colisión frontal entre Andrómeda y la Vía Láctea”, ha declarado
Roeland van der Marel, astrónomo del instituto del telescopio Hubble y
director de la investigación.
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