Especialistas del Hospital de Sant Pau y de la Fundación Puigvert de Barcelona lograron en enero pasado el nacimiento de un bebé libre de los genes que predisponen al cáncer de mama, los BRCA1 y BRCA2. Esto fue posible gracias a la técnica del diagnóstico preimplantacional, la selección de aquellos embriones sin anomalías cromosómicas y mutaciones genéticas para asegurar una descendencia sana. El 10% de los cánceres de mama son hereditarios. El niño, que ya tiene tres meses y está sano, será presentado hoy en la Fundación Puigvert.
Se trata del primer procedimiento que la Comisión Nacional de Reproducción Humana ha autorizado con esta indicación en todo el Estado; hasta ahora solo se conocía un caso de nacimiento en todo el mundo, según ha informado el departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña.
La novedad radica en que ya no se trata de permitir la selección de embriones para evitar que se tenga un gen que va a causar, con un 100% de seguridad, una enfermedad, como se ha hecho hasta ahora. Se trata de evitar una probabilidad, que, en estos casos, es muy alta, de aproximadamente el 80%.
La madre del bebé, que recibió la autorización para someterse a este tratamiento en abril de 2009, presenta antecedentes familiares de cáncer de mama y ovario de aparición precoz y alta mortalidad. Además, se comprobó en su día la presencia en su genoma de las mutaciones genéticas que predisponen al cáncer de mama, por lo que la Comisión Nacional consideró que el caso cumplía los requisitos que marca la ley. La Ley de Reproducción Humana Asistida de 2006 establece que la técnica del diagnóstico preimplantacional se podrá usar para la "detección de enfermedades hereditarias graves, de aparición precoz y no susceptibles de tratamiento curativo posnatal con arreglo a los conocimientos científicos actuales". El caso del bebé de Barcelona convierte a España en el segundo país del mundo, tras Reino Unido, donde se puede evitar un tumor mediante selección genética. Hasta ahora el diagnóstico genético preimplantacional solo se había permitido para enfermedades monogenéticas (causadas por un solo gen) e incurables. O para engendrar a un niño que sea compatible con un hermano enfermo de manera que su sangre o su médula se puedan emplear para curarlo.
"En ciencia los milagros no existen, es simplemente una consecuencia de la progresión en las mejorías, por un lado, de los programas de reproducción asistida y, por el otro, en la detección molecular de las alteraciones genéticas que pueden llevar de alguna manera al cáncer", ha dicho esta mañana a la Cadena SER el director del Programa de Reproducción Asistida de la Fundación Puigvert, Joaquín Calaf. El especialista ha manifestado que se trata de un paso importante, pues la técnica podrá aplicarse en el futuro para otras enfermedades. "Está en vía de realizarse con otros genes que tienen ese carácter familiar y hereditario", ha señalado.